Quienes miren al cielo en la noche de este 14 de junio podrán apreciar la Superluna de Fresa: un fenómeno que impacta en el tamaño y el brillo del satélite natural, ya que se combina la fase en que está llena con su perigeo -es decir, el punto en el que está más cercana de la Tierra.

Su nombre no está relacionado con el color rojizo que adopta durante los eclipses, sino con una referencia histórica: como recuerda la NASA, la denominación fue popularizada por un almanaque de Maine, Estados Unidos, que citaba el modo en el que los aborígenes algonquinos -presentes en los tres países norteamericanos- llamaban así a la Luna que inauguraba la relativamente corta temporada para cosechas de frutillas. En el continente europeo, por ejemplo, se la llamaba Luna de Hidromiel, en referencia a una bebida antigua obtenida al fermentar miel con agua u otros ingredientes.

Según señalan los especialistas, el perigeo se alcanza una vez cada 28 días, pero no siempre se forman superlunas, ya que para que eso ocurra también debe haber Luna llena. En ese sentido, es importante resaltar que, según la NASA, esto solo sucede de tres a cuatro veces al año, y siempre se da de manera consecutiva.

El término “superluna” no es científico, sino que fue acuñado en 1979 por el astrólogo norteamericano Richard Nolle. La denominación se adoptó para darle cierto impacto a este tipo de eventos y, al mismo tiempo, para concientizar sobre estos sucesos que tenían un lugar de gran importancia para culturas antiguas.

La ocasión es especial para fotografiar la luna, que estará en su punto más cercano a la Tierra. Además, no es necesario usar telescopios ni otros instrumentos astronómicos para poder apreciarla, sino que lo único importante es que el cielo se encuentre despejado.

Solsticio de Invierno

Este evento también se encuentra cerca del próximo Solsticio de Invierno, el cual inaugura la estación en el hemisferio sur el próximo 21 de junio. En la otra mitad del planeta, este solsticio de paso al verano.

En relación a esto, cabe explicar que se llama Solsticio de Invierno al momento en el que nuestro hemisferio está más alejado del Sol, mientras que el hemisferio opuesto está en su punto más cercano. Por eso, mientras que por encima del Ecuador es el día más largo del año, en nuestro caso será el más corto.