El sedentarismo y los malos hábitos a la hora de comer pueden desencadenar, a medida que pasan los años, un proceso de inflamación que debilita a las células. Sin embargo, existe un vegetal que logra ralentizar este problema y que muchos ya lo están incluyendo en sus dietas.

El kale es una variedad de la col muy utilizada en la gastronomía. Su perfil nutricional es muy valioso ya que tiene vitamina C, vitamina E, betacaroteno y flavonoides. Es un alimento ideal para combatir el daño corporal y mantener una apariencia juvenil en la piel.

Y eso no es todo, también es rico en zeaxantina y luteína que son antioxidantes que mejoran la salud ocular protegiendo a los ojos de los rayos ultravioletas. Por otra parte, es una verdura que contiene minerales como: calcio, potasio, cobre y magnesio, que fortalecen la parte ósea, la circulación sanguínea y a la función inmune.

El kale es rico en fibra y ayuda a que las personas tengan una buena digestión. Es un alimento muy consumido en Portugal y está a la venta en muchas cadenas de supermercados del mundo y en tiendas dietéticas.

Se puede comer cruda, al horno, así como también prepararla en una sartén o agregarla en guisos. Es un gran complemento para las cremas y purés de otras verduras como, por ejemplo: el calabacín, las papas y la coliflor.