Un empleado de una panadería industrial ubicada en el barrio San Roque, Corrientes, fue asesinado por su compañero de trabajo, quien luego de matarlo, lo enterró en fondo de su casa. Las cámaras de seguridad fueron claves para que el homicida se quiebre en su relato y sea detenido.

La víctima, Mateo Benjamín Pérez Saucedo, de 20 años, trabajaba en la panificadora junto a Marcelo Ruiz Díaz, quien por motivos que hasta el momento no lograron identificarse, lo mató y sepultó su cuerpo en la parte de atrás de su domicilio.

Los familiares de Saucedo comenzaron a preocuparse cuando el joven había terminado de trabajar por la noche en la panadería y durante cuatro días no regresaba a su domicilio. Ante este panorama, tomó intervención la fiscal Sonia Messa, quien recurrió a investigar a Díaz, su compañero de trabajo y la última persona que había estado con el joven.

Al llegar a la vivienda, ubicada en la zona sur del barrio San Roque de la ciudad de Corrientes, la policía comenzó a realizarle preguntas al asesino quien rápidamente comenzó a contradecirse en sus palabras y al no poder responder sobre el paradero de Mateo Benjamín Pérez Saucedo y las cámaras de seguridad de la cuadra.

Cuando procedieron a revisar el fondo de la vivienda, identificaron tierra removida, procedieron a la remoción de la misma y encontraron el cuerpo sin vida de su compañero de trabajo, por lo que Díaz quedó inmediatamente detenido. Las investigación médica señala que Mateo Benjamín Pérez Saucedo no recibió puñaladas, ni tiros y el fallecimiento pudo haberse generado por un fuerte golpe en la cabeza.