El hijo de Gilda, Fabricio Chio Cagnin, estuvo por primera vez en televisión. Invitado a La peña de morfi (Telefe), habló a corazón abierto sobre el accidente en el que murieron su mamá, su abuela y su hermana, contó cómo fue convivir con el dolor y se refirió al vínculo que lo une a su papá.
Tengo 34 años bien vividos y estoy en un momento muy hermoso de mi vida porque pude atravesar mucho. Hoy estoy acá y lo hago por mí. Es reconocerme, reencontrarme conmigo. Perdí ese nene, que fue testigo de ese momento tan duro, quedó en el olvido. Yo tuve que salir adelante cerrando puertas y persianas. Ahí dejé encerrado a este nene y dejé encerrado también el reconocerme como 'hijo de...', comenzó diciendo sobre el accidente que le costó la vida a gran parte de su familia.
Acto seguido, reflexionó sobre la figura de su mamá: Gilda creció y se magnificó. Hoy, gracias a la gente, es un ícono popular muy respetado. Eso me genera orgullo, pero eso en su momento me arrastraba al dolor por todo lo que se vivió y por lo que perdí en el camino.
Tras el accidente, Chio contó que su papá lo resguardó y aseguró que pudieron trascender el vínculo padre e hijo. A partir de ahí no volví a mi casa de Devoto. Me fui a vivir con mi papá y mi abuelo a Ciudadela. Siempre me mantuvieron muy hermético. Yo perdí muchísimo, pero mi papá también y supo convivir con ese dolor, correrlo un poco y darme valor a mí y acompañarme, expresó.
Luego recordó que él siempre evitó contar que era hijo de Gilda así como tampoco quería escuchar sus temas. Con el tiempo, pude ir, agarrar a ese nene, transformar lo que me pasó. Tuve que habitar el dolor y ver lo bueno, admitió. Y sentenció: A mí mi mamá, mi hermana y mi abuela durante esos ocho años me enseñaron muchísimo y su partida también porque me volvieron más consciente de vivir el momento (...) Habito el presente transformando el dolor y trayéndolas conmigo.
El legado musical de Gilda
En 1992 salió su primer disco De corazón a corazón (1992). La respuesta no fue la deseada. La compañía estaba quebrando y no tuvo la ayuda necesaria para que sonara en las radios. Para el siguiente paso, se tomó la cuestión en serio y comenzó a leer libros, a buscar frases, y a conocer más sobre el ambiente de la bailanta. Entendió que la movida tropical es el baile del pueblo. Al año siguiente salió La única, con mejor suerte y con temas como Corazón herido, Baila esta cumbia o La puerta. En aquellos días, Gilda comenzó a recorrer los escenarios con éxito. Empezó a dormir en los ratos libres en el estudio de grabación o en el micro.
Pasito a pasito con...Gilda (1994) subió la apuesta con canciones como Noches vacías y No me arrepiento de este amor. Esa maestra jardinera se estaba transformando en una ídola popular. El siguiente disco fue Corazón valiente que la consagraría como una de las grandes figuras gracias a temas como Amame suavecito, No te quedes afuera, Paisaje (una versión del cantante italiano Franco Simone) y Fuiste (basada en la historia de un amigo que la había dejado su novia).