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Uno de los seis acusados de la violación grupal admitió que besó a la víctima, pero negó haberse subido al auto

Se trata de Thomas Domínguez, quien justificó haber manoseado a la víctima y dijo que desconoce lo que sucedía dentro del vehículo.

22 Marzo de 2022 22.20

Thomas Domínguez, uno de los seis detenidos por la violación grupal en Palermo, amplió este martes su declaración indagatoria con un escrito en el que aseguró que es inocente, justificó haber manoseado a la víctima y dijo que desconoce lo que sucedía dentro del auto en el que fue violada la joven de 20 años.

Domínguez tiene 21 años y está imputado por dos delitos: “abuso sexual con acceso carnal, agravado por la intervención de dos o más personas” y por “lesiones leves” que le provocaron a uno de los testigos.

El acusado había pedido la semana pasada ampliar su declaración, pero el juez a cargo de la causa, Marcos Fernández, fijó la audiencia para este miércoles. Si bien la indagatoria se hizo de manera virtual, Domínguez presentó su descargo por escrito y se negó a contestar preguntas del juez y del fiscal.

“Niego categóricamente todos y cada uno de los hechos que me incriminan en la presente causa, en virtud que me considero totalmente ajeno al reproche penal que se me intenta adjudicar”, dijo Domínguez en uno de los primeros párrafos del escrito, según publicó la agencia Télam.

 

Qué dice el escrito que presentó uno de los presuntos violadores de Palermo

 

Según el relato de Thomas Domínguez, el domingo 27 de febrero fue al boliche “Ro Tecno Bar” con su amigo Alexis Cuzzoni (19), otro de los imputados. El presunto violador de 21 años explicó que ahí conoció a la víctima y a su amigo, con los que fueron a “tomar cerveza a la plaza Soler”.

Luego contó que “paseando por la zona”, conocieron a Ángel Pascual Ramos (23), Lautaro Dante Ciongo Pasotti (24), Franco Jesús Lykan (23) e Ignacio Retondo (22), los otros cuatro imputados. “Nos acercamos porque tenían una guitarra y nos pusimos a rapear mientras hablábamos y compartíamos unos cigarrillos”, detalló.

En la continuación de su relato, Domínguez justificó haber besado y manoseado a la víctima, hecho que fue filmado por las cámaras del kiosco en el que compraron las cervezas. El imputado afirmó que la besó porque tuvieron “un cruce de miradas” y porque sintió “interés mutuo”, y para justificar los manoseos aseguró que la joven “estaba a gusto”.

Sobre la secuencia dentro del auto, explicó que “el chico de rastas largas” -identificado como Ciongo Pasotti-, propuso ir hasta su auto y allí se desvinculó de lo sucedido. ”Recalco no haber entrado por ninguna circunstancia al auto, no conozco el interior del auto, y no estaba al tanto de lo que pasaba en el vehículo”, aseguró.

También se desvinculó de un supuesto rol de “campana”, tal como le atribuyó el juez Fernández en su procesamiento. “No paseé alrededor haciendo guardia ni nada que se asimile a esa conducta”, respondió.

La declaración también está plagada de detalles escatológicos sobre sus hábitos y su higiene personal -que no serán reproducidos-, con el objetivo de justificar la presencia de semen en su ropa interior, algo que incluso Domínguez llegó a decir que puede estar vinculado con “los besos reiterados e intensos” que mantuvo “con otra chica dentro del boliche bajo los efectos del éxtasis”.

 

Domínguez pidió seguir un tratamiento por una enfermedad sexual

 

Según quedó asentado en el acta de la indagatoria, Domínguez le pidió al juez poder continuar su tratamiento en el Hospital Muñiz, donde lo tratan porque padece del virus del papiloma humano (VPH o HPV) y también por haber sufrido sífilis, otra enfermedad de transmisión sexual.

El detenido también habló de las drogas y aseguró que esa noche solo consumió “alcohol, y éxtasis dentro del boliche” y afuera “solamente cerveza y marihuana”.

Aclaró que había consumido cocaína “pero la noche anterior” y denunció que dentro del “after” donde conocieron a la víctima, el propio personal que servía tragos o vendía las entradas “expendía éxtasis”.

Domínguez y los otros cinco detenidos fueron procesados la semana pasada como presuntos coautores de un “abuso sexual con acceso carnal agravado por la intervención de dos o más personas (de 8 a 20 años de cárcel) y les trabó embargos por 35 millones de pesos a cada uno.