Chile vive una creciente ola de inseguridad que se agrava cada día. En el último hecho de violencia que sacudió este lunes a Santiago, un narcofuneral de un conocido delincuente obligó a un municipio de la capital a suspender las clases en cuatro escuelas.

La medida fue dispuesta ante el temor a los disparos que suelen generarse en este tipo de sepelios.

“Ante la contingencia de seguridad en las inmediaciones (de una escuela, un colegio de adultos y dos jardines de infantes) informamos que se suspenden las clases en los centros educativos”, dijo un comunicado del gobierno municipal de Pedro Aguirre Cerda, una zona popular de la capital.

El nuevo “funeral narco” se realizó el mismo día en que el gobierno de Gabriel Boric puso en marcha el plan denominado “Calles sin Violencia” para reforzar la acción policial y judicial contra el crimen en 46 municipios de Chile, 22 de ellos en la ciudad de Santiago.

Cómo son los “narcofunerales”

En este tipo de ceremonia fúnebre, conocidas popularmente como “funerales narco”, los asistentes lanzan fuegos artificiales y disparan ráfagas de armas de fuego al cielo en honor del muerto.

Se trata de una escena reiterada en los últimos meses en sectores populares, en medio de la crisis de seguridad que vive el país. A fines de marzo, se suspendieron las clases en una quincena de colegios y universidades de la comuna de Valparaíso, a 120 kilómetros de Santiago.

El funeral se llevó a cabo en el municipio de Pedro Aguirre Cerda, una zona popular de Santiago.

El fallecido es Moisés Gallardo, apodado “El Mota”, un delincuente que falleció a principios de abril en Italia, tras caer de un edificio y cuyo cuerpo llegó a Chile el viernes.

El alcalde Luis Astudillo dijo que la suspensión de clases es una “medida extrema” para cuidar a los estudiantes y afirmó: “Nos están arrebatando los derechos sociales más básicos”.

“Acá se arma una suerte de cumbre de la delincuencia, y vienen de muchas partes a rendirle honores a la persona fallecida”, describió.