Las letras negras se destacaron el domingo pasado en el cielo azul de la playa de Ostia, en el X Municipio de la comuna de Roma, y tienen a Italia y el mundo hablando del tema desde entonces: "Benedicto nunca abdicó".
Con esas palabras, "Benedetto XVI non ha mai abdicato", un diminuto avión logró hacer más ruido que cualquier campaña publicitaria en su paso por la playa de Ostia, entre la rotonda del tramo final de Via Cristoforo Colombo y el antiguo muelle de Roma.
También se lo vio cerca de la localidad de San Felice Circeo, a unos 100 kilómetros al sur de Roma, pero nadie se hizo cargo de las palabras.
El mensaje hace referencia a la renuncia de Benedicto XVI, ocurrida el 11 de febrero de 2013, tras lo cual fue elegido Francisco, otrora Jorge Bergoglio, obispo de la Ciudad de Buenos Aires.
Entre las hipótesis del origen del mensaje se destaca la de una campaña publicitaria para el libro "Codex Ratzinger", que trata sobre la supuesta nulidad de la renuncia de Joseph Ratzinger como Benedicto XVI, pero el autor Andrea Cionci ya aclaró que no tuvo nada que ver con el avionzuelo.
"Puedo certificar que no es una iniciativa publicitaria, ni para mí ni para otros", dijo el autor del libro al diario Il Messaggero de Italia.
Mientras tanto, en Twitter, Cionci compartió todas las novedades sobre el cartel volador a la vez que aseguró que "alguien está acelerando sus motores para hacer una segunda iglesia cismática", quizás en referencia al mensaje ajeno a su libro.
El affaire de la avioneta llega un mes después de que el Papa Francisco echara del Vaticano al exsecretario de Benedicto XVI, el obispo alemán Georg Ganswein, que era considerado parte de los conservadores de la Curia.
Francisco y Ganswein se encontraron a inicios de año, días después de la muerte de Joseph Ratzinger y mientras el monseñor alemán publicaba un duro libro contra el Papa.
Considerado un histórico crítico de Francisco, Ganswein publicó entonces el libro "Nada más que la verdad. Mi vida al lado de Benedicto XVI", en el que relata a modo autobiográfico sus años como secretario del pontífice emérito fallecido el 31 de diciembre, a los 95 años.
En el libro, Ganswein lanzó duras críticas contra el Papa y reveló que se sintió "humillado" cuando Francisco decidió removerlo de sus funciones como prefecto de la Casa Pontificia, aunque sin despedirlo.
Luego, Francisco recibió a Ganswein el 4 de marzo y el 19 de mayo, en audiencias en las que habían empezado a trabajar la decisión dada a conocer hoy por el Vaticano.
