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El Gobierno de Nicaragua excarceló y desterró a varios religiosos al Vaticano

Entre ellos se encuentra monseñor Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión. Managua agradeció al papa Francisco y habló de acuerdos de “buena fe”.

14 Enero de 2024 19.18

El gobierno de Nicaragua excarceló este domingo a dos obispos católicos, entre ellos monseñor Rolando Álvarez, fuerte crítico del presidente Daniel Ortega, a 13 sacerdotes y tres seminaristas, y los envió al Vaticano. Lo aseguraron medios de prensa y opositores en el exilio.

Álvarez fue detenido en agosto de 2022 y condenado en febrero pasado a 26 años de prisión. Entre los excarcelados también está el obispo Isidoro Mora y otros 13 sacerdotes detenidos en diciembre, según el sacerdote Uriel Vallejos, la activista humanitaria Haydée Castillo y medios de prensa, todos en el exilio.

Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo pretenden “dejar sin sacerdotes a Nicaragua. Otro avión lleno de pastores del pueblo al exilio”, escribió Vallejos, exiliado en Estados Unidos, en la red social X,

En octubre pasado, otros 12 sacerdotes fueron liberados y enviados a Roma tras un acuerdo del gobierno con el Vaticano.

 

Managua dijo que se lograron acuerdos de “buena fe” con el Vaticano

 

La presidencia de Nicaragua dijo que los religiosos viajaron luego de que logró con la Santa Sede acuerdos de “buena fe y buena voluntad” para mejorar el “entendimiento” con las autoridades de la Iglesia Católica.

”Ellos han sido ya recibidos por autoridades vaticanas, en cumplimiento de Acuerdos de Buena Fe y Buena Voluntad, que buscan promover el entendimiento y mejorar la comunicación entre la Santa Sede y Nicaragua, para la paz y el bien”, afirmó el gobierno en un comunicado.

Además, agradeció “profundamente” al papa Francisco y al secretario del Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, junto con su equipo de trabajo, “por las muy respetuosas y discretas coordinaciones realizadas”.

En diciembre, el papa Francisco dijo que seguía “con profunda preocupación” la detención de sacerdotes en Nicaragua.

La relación entre la Iglesia y el gobierno se deterioró después de que Ortega acusara a sacerdotes de apoyar las protestas antigubernamentales de 2018 y que se saldaron, según la ONU, con más de 300 muertos.