La primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, renunció este jueves a su cargo después de semanas de crisis política y financiera, lo que provocó tensiones dentro del propio Partido Conservador. Permaneció solo 45 días en el cargo. Horas antes había presentado su renuncia la ministra del Interior, Suella Braverman.

La popularidad de la primera ministra británica cayó después del abandono de distintas medidas fiscales que buscaban recortes de impuesto masivo y el apoyo a las facturas energéticas. Además, la crisis se agudizó cuando se anunció la salida del ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, que fue reemplazado por Jeremy Hunt.

Las políticas fiscales fueron suspendidas este lunes, después de que Truss anunciara al nuevo titular de la cartera económica en Reino Unido.

Mientras tanto, los asesores del gobierno ya mostraban preocupación por la posible renuncia de gran parte del gabinete de Truss: este jueves se conoció la salida de Suella Braverman, ministra del Interior, debido a un error administrativo relacionado a la crisis migratoria.

"Dada la situación, no puedo cumplir con el mandato para el cual fui elegida por el Partido Conservador", declaró Truss frente a su residencia en el número 10 de Downing Street.

Con su renuncia, se convirtió en el jefe del gobierno británico que menos tiempo pasó al mando del ejecutivo.