Hasta el sexto round, Tyson Fury había mostrado sus credenciales como uno de los mejores boxeadores de esta época, pero el combate con Dillian Whyte tenía todos los condimentos. Como en cualquier pelea de los pesos pesados, podía ocurrir cualquier cosa. Una mano podría cambiar el rumbo de lo que parecía una victoria segura del Rey de los Gitanos. Pero finalmente eso no pasó: Fury liquidó el pleito con un uppercut letal en el sexto round y su rival no pudo volver a pararse.
Quedaban los últimos segundos de la ronda seis en el mítico Estadio de Wembley de Londres cuando el campeón de los pesados del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) logró conectar en la quijada a su contrincante. Ni la campana pudo salvar a Whyte. Intentó pararse, pero cuando el juez Mark Lyson le hizo señas para que muestre su buen estado, el retador casi cae por fuera de las sogas. El árbitro no dudó y decretó el triunfo de Fury.
El evento, que tuvo a más de 94 mil espectadores en las butacas del estadio para darle un marco histórico, contó con todos los condimentos. Ya desde su ingreso al ring, Tyson vestido de Rey en su trono transformó el ambiente. Durante los seis asaltos, planteó un combate que por momentos fue callejero a punto tal que el juez no podía separarlos.
Pero lo que primó finalmente fue la jerarquía de un Tyson Fury que a sus 33 años está invicto con 32 victorias (23KO) y 1 empate. Las miradas ahora estarán posicionadas sobre lo que suceda con el futuro de uno de los boxeadores del momento: “Le prometí a mi mujer que eso sería todo después de la pelea de Wilder. Pero me ofrecieron una pelea en Wembley y se lo debía a los aficionados”, planteó sobre su futuro.
“Estoy abrumado con el apoyo. No puedo creer que mis 94,000 compatriotas hayan venido aquí esta noche para ver mi actuación. Solo quiero decir desde el fondo de mi corazón, muchas gracias a todas las personas que compraron un boleto aquí esta noche o se quedaron despiertos hasta tarde para verlo en la televisión. Soy uno de los mejores pesos pesados de todos los tiempos. Dillan Whyte es un guerrero. Y creo que Dillian será un campeón mundial, pero desafortunadamente para él tuvo que enfrentarme aquí esta noche. No te estás metiendo con un peso pesado mediocre. Te estás metiendo con el mejor hombre del planeta”, aseguró luego de su brillante actuación.
El futuro es una incógnita ya que está todavía la posibilidad que pelee pero en un combate “híbrido” ante el campeón de UFC Francis Ngannou, quien hoy se subió al ring con Fury para hablar sobre esto.
“Le prometí a mi encantadora esposa Paris que después de la pelea de Wilder 3, eso sería todo. Y lo dije en serio. Tuvimos una guerra. Fue una gran trilogía. Y lo dije en serio. Pero me ofrecieron pelear en Wembley en casa, y creo que me lo merecía, que se lo debía a los fanáticos, se lo debía a todas las personas en el Reino Unido por venir aquí y pelear en Wembley. Ahora todo está hecho. Tengo que ser un hombre de palabra. Y creo que esto es todo. Esta podría ser la cortina final para el Rey Gitano. ¡Muchas gracias al Reino Unido!”, fue su discurso tras la velada.
Fury había dado un golpe sobre la mesa en noviembre del 2015 cuando destronó por decisión unánime a Wladimir Klitschko, quien era el rey de los pesos pesados por entonces. Si bien luego perdió los títulos mundiales en la mesa de los organismos, Tyson se recuperó de sus problemas, reapareció en la escena del pugilismo y tuvo una recordada pelea ante Deontay Wilder a fines del 2018 que terminó con un empate.
Finalmente, enfrentó otras dos veces al norteamericano entre febrero del 2020 y octubre del 2021, con triunfos por KO en ambas ocasiones. Primero le arrebató la corona del CMB y luego defendió lo que había logrado en lo que había sido la segunda edición de la pelea entre ellos.
A casi cuatro años de su última pelea oficial como local –en agosto del 2018 superó al italiano Francesco Pianeta en Belfast–, reapareció en sus tierras para presentarse en una velada histórica ante casi 100 mil personas en un estadio mítico como Wembley. ¿Fue el cierre de su carrera
