El adolescente de 17 años, quien el 30 de enero pasado ingresó en horas de la madrugada a la casa de su vecina Andrea Navarro, a quien apuñaló en reiteradas oportunidades y casi le da la muerte, al sorprenderlo cuando le robaba el teléfono celular de la mesa de luz, será juzgado por un jurado popular.

La imputación que pesa sobre el acusado, quien por su edad no será identificado, es la de robo doblemente calificado, por el uso de arma y por ser perpetrado con escalamiento en concurso real, con homicidio criminis causa en grado de tentativa, en calidad de autor, que prevé una pena en abstracto de más de 20 años de prisión.

En el marco de la implementación de la ley provincial de juicio por jurados, esta mañana en el salón José de San Martín de la Corte de Justicia de la provincia, el encargado de la Oficina de Gestión de Audiencias, Dr. Sebastián Lipari, llevó adelante la audiencia del sorteo de los dos jueces de impugnación que acompañarán al juez director del fuero Penal Juvenil, Dr. Fabricio Gershani Quesada, en el plenario que podría realizarse el próximo mes de diciembre, donde los “jueces del hecho” serán catorce ciudadanos previamente seleccionados por las partes que intervendrán en el juicio.

De dicha audiencia, en la que resultaron sorteados los jueces Jorge Palacios y Miguel Ángel Lozano,  participó el juez director, la Fiscalía Penal Juvenil a cargo del Dr. Guillermo Narváez, la Dra., Silvia Barrientes, en carácter de querellante particular, en representación de la víctima y el abogado Víctor García, defensa del imputado, quien fue trasladado por personal del Servicio Penitenciario provincial desde su domicilio particular hasta la Corte de Justicia, ya que cumple prisión domiciliaria, monitoreado con un dispositivo electrónico.

El primero del país

La concreción del debate, que se prevé sea el próximo mes de diciembre, previo sorteo de los potenciales jurados, llevará a la provincia de Catamarca, una de las 11 provincias del país que implementó los juicios por jurados popular, a ser pionera en sentar en el banquillo de los acusados a un adolescente para ser juzgado por “culpable” o “no culpable” por un jurado popular.